domingo, 28 de agosto de 2011

Sueño Nebulosa

Sueño Nebulosa
Acrilico - 100 x 70 cm

jueves, 25 de agosto de 2011

Mujer sentada


Dibujo - Mujer Sentada

miércoles, 24 de agosto de 2011

El sueño del pibe

Si te queda un último ojo,
que me mire a mí...
¡Sino me convertiré en un disparate!
y, sólo haré que los días pasen,
sin mucho decir...

Si no importaba, yo no era nada,
ni alegría, ni dolor...
¿Para qué quedarse? Mejor marcharse.
Y, si alguna vez vuelvo
(o me hacés volver),
que sea en serio, y no obligación.

No vengas con pocas gracias,
ya sé que no todo es para mí
y, casi nunca por mí.
Sólo te pido que no me hagas latir,
tan sólo para desvelarme
y volverte a escribir.

Prefiero entonces,
ser ese tonto disparate,
haber soñado en grande
el sueño del pibe,
y no sufrir.

domingo, 21 de agosto de 2011

Taller Mecánico

Dibujo rápido con lapicera.

Era yo

Era yo.
Sumergido en lo profundo de aquélla situación, con los ojos bien abiertos como si mirara algo sorprendente o fabuloso, con una sombra caminando por mi pecho buscando un poco de calor que pueda protegerla del frío que lastimaba mi cara.
Queridos amigos, era yo, delimitando la línea entre lo virtual, subconciente y aparentemente verdadero y vivído, diviéndome en fracciones para desmenuzar los vagos recuerdos y los insistentes pensamientos que provocaron aullidos en los latidos de mi corazón.
Ya me había levantado del sillón, ya había recordado una vez más, lo que tan presente tengo y no tengo día a día... Ah! Esa duda y desilusión resonante en las entrañas de mi fatigación y acelero cardíaco, ¡que tan insinuante y presagioso se presentaba esta nueva senda! en los retoques de mis días, esperando un invierno por demás frío pero por demás abrigador, invierno que cumplió su palabra y amenaza a medias, invierno que hoy provoca el congelamiento pulmonar de la desmotivada desilusión vacía que me agobia a la continuidad de seguir sin un claro aparente en la nebulosa de engranajes y metales que no paran su marcha bajo mi corteza cerebral.
Pero bueno, decía que era yo, era en verdad yo, aquél que bajaba y subía las escaleras de esa terminal, impulsado por un poco de vino junto a tres bebidas personas de fuertes lazos para conmigo, pasamos las vías del tren, subimos al micro, vimos y ví como de un lado estaba toda la movilización entre las grandes estructuras grises, y del otro lado, todo blanco amigos, no había nada mas, como si fuera el costado del mundo, el último borde antes de llegar a la nada, o mejor dicho lo que se veía era la nada, era el final del sueño, el final de mi corteza cerebral, quizás ese muro blanco era mi cabeza desde adentro.
Llegamos a destino, sin saber cuál era, la densa y graciosa conversación sin sentido en el kiosco de las bebidas indecisas, encantamos con nuestro ensordecedor griterío de euforía como exaltados descubridores del mundo nuevo a todo el suburbio lleno de gente tirada como si no fueran personas, despojados de sus sueños y de sus anhelos, entre papeles de diarios que volaban dando una imagen triste de aquéllas almas apagadas a la merced del barullo.
Esquivamos el micro, volvimos en la carroza de cuentos, que un caballo blanco empujaba, seguramente hinchado las bolas de hacer el mismo pelotudo camino una y otra vez con un dueño que se llenaba los bolsillos tirándole las riendas. Por un momento olvidé a mis hermanos de labios morados y ensordecedora locura gritona, y estaba solo en ese carruaje, pensando en todo y en nada a la vez, sintiendo ese frío en mi cara como un regalo de tranquilidad, una pausa a lo que día a día tengo y no tengo presente, en el recuerdo subconciente de mis entrañas con el corazón y sus latidos cardíacos a destiempo y fuera de ritmo.
Era yo, el que a su vez en esa soledad morada y pacífica que diera tregua a aquellos vasos que nunca se llenaron ausentes de respuesta a mi insinuación, se llenaba el cráneo de voces dulces y tiernas de palabras cariñosas y comentarios afortunadamente emitidos por personas queridas que entienden y soportan los desvaríos de éste protagonista que no se cansa de afirmar que era él mismo que escuchaba sus voces de dulces presagios y justificados juicios a dicho dolor.
Pero, entre tanta voz dulce y bien aventurada se esbozaban esos despojos de imágenes de pelicula muda, no por vieja sino por silenciosa, de aquélla situación que provoca confusión en el nexo de mi espiritualidad y mi físico parte de esta esfera.
De pronto los volvi a ver, era yo el que estaba bajando de la carroza con mis hermanos de labios morados, encendidos como una fugaz locura de enternecedora maldad con afán de voltear todo al paso, con los ojos bien abiertos, mirando perdidamente todo alrededor, sin perder detalle y sin saber que detalle mirar exactamente, fingiendo en broma una especie de suicidio mal actuado, que nadie creería jamas pero aún así reimos para no olvidar la sintonía de ese viento fugaz que éramos todos unidos por un lazo.
Era yo, el que miraba todo desde la profundidad de esa sonrisa macabra rememorando los momentos que sólo se rememoran porque dejan alguna marca importante, era yo el que delimitada la virtualidad de la realidad de ese sueño y tratando de entender lo que fue y lo que no fue, lo que por algo pasó y lo que por algo no pasó pero ahora creía que había pasado porque esos engranajes dieron cuerda a tanta historia enredada con la realidad.
No se preocupen, ni sientan pena por su protagonista y narrador, queridos amigos, pués él entre la macabra sonrisa y los engranajes que giran incansablemente sigue sin entender verdaderamente episodios de la esfera, pero aún siente fuerzas para volver a mirar a esa nada, a ese borde, a esa finalización en blanco del mundo, aún siente fuerzas para acercarse y juguetear a su límite, deslúmbrandose con conocer qué hay detrás del telón blanco, porque se qué si bien es la nada, encierra un todo. Era yo el que sigue pensándola entre las cosas que día a día tiene y no tiene, y extraña el tenerla y no tenerla a la vez, era yo el que estaba refugiado en la mística travesía que no fué pero fue a la vez con sus hermanos de labios morados. Era yo el del viento frío en la cara sintiendo esa paz que era un grito urgente, era yo el que se levantaba de la cama acariciando la sombra del pecho que se enredaba sobre el colchón para seguir durmiendo, era yo el que había viajado tan lejos a descansar. Oh, si, era yo.


miércoles, 17 de agosto de 2011

Jugando a la suerte tonta

Cuando el temblor pasó
y quedé en el suelo,
te vi volar a mi...
a mi recuerdo.

A la suerte me dí
sin mas consuelos,
que el ensordecedor
silencio.

Un auspicioso color vivo fue
de fríos sabores dulces,
pensando a lo mejor
en una suerte tonta.

Nada por esplendor,
sólo brillo propio,
fugaz mi paso fue
en la arena del sueño.

Las cosas de a dos,
el individuo no entiende,
un lobo jamás
dejará su bosque solitario, solo.

No hay mas anhelos que
el fin de semana,
esto sólo sirve
para llevarse algo de plata.

En aquél espacio
sólo brilló la estrella ausente,
y el universo fugaz, entre lágrimas,
se extinguió.

Un auspicioso color vivo fue
de fríos sabores dulces,
pensando a lo mejor
en una suerte tonta.

Nada por esplendor,
sólo brillo propio,
fugaz mi paso fue
en la arena del sueño.

A la suerte me dí
sin mas consuelos,
que el ensordecedor
silencio.

viernes, 12 de agosto de 2011

Ninguna novedad

Subió niveles en este juego
de "Gran hermano" con
participantes de verdad.

En gran silencio, gran delirio
con olor a oscuridad...

Estando bien con dios
y el diablo, gana su carismática protección.

Y sus leales, de finas gracias,
y mala actuación, se acoplan al montón.

Están de tu lado, jugando con la lengua
a punto de cortar,
en cualquier momento a obligar...

Esa carcajada, da temor...
y, el silencio la peor opción...

Estando bien con dios
y el diablo, gana su carismática protección.

Y sus leales, de finas gracias,
y mala actuación, se acoplan al montón.

La falsedad, cuando esta armada,
es mas peligrosa que el ladrón...

miércoles, 10 de agosto de 2011

Se pierde el tiempo

Varios días,
¡Ya varios días!
(Las nubes a acelerar...)

Con otro salteo hoy,
vas a insistir...

¡Todo se esquiva!
¡Nunca se estiba!
y van varios días...

Un avión a despegar
y, los pies, por debajo del suelo...

Un gitano me escuchó
y como yo, sin aire se quedó...
(Pero, ¡aprendiendo a hablar!)

Su boludo adiós,
la pista eliminó... pero, ¡te pienso!

¡Varios días!
¡Ya varios días!

domingo, 7 de agosto de 2011

La Persecución de los dos Conejos


Garabato: "La persecución de los dos Conejos."

sábado, 6 de agosto de 2011

Colapso Visual (Ceguera Fría)

Colapso Visual (Ceguera fría)
Oleo. 100 x 70 cm.

martes, 2 de agosto de 2011

El último recuerdo

GARABATO. El último recuerdo