domingo, 29 de agosto de 2010

Domingo por la tarde

Bueno, es domingo, es verdad es aburrido, o por lo menos a mi me aburren.
Cuestión que despues de despertarme tarde, por la salida del sabado a la noche, no tenia nada para hacer, y para no sentir que malgasto la vida, me puse la campera, y me fui al parque Rivadavia.
Allí voy muchos domingos a ver y buscar libros, que me saquen de ese aburrimiento, que me hagan ir a otro lado donde algo suceda.
"Variaciones en Rojo" (Rodolfo Walsh) y "A sus plantas rendido un león" (Osvaldo Soriano), son los libros que compre en el puestito de siempre, aunque en verdad había ido con la intención de llevarme "Artistas, locos y criminales" también de Soriano y, de paso mientras me retiraba compre un libro de cuentos de Egdar Allan Poe, con mi compra en mano me tenté por leer un cuentito de Poe y fui al parque a sentarme y leer alguno, el elegido fue "El Gato Negro" y la verdad me gusto mucho, tanto como "El Cuervo" y "Corazón Delator", en eso veo que en el banquito de enfrente había una familia.
Estaban comiendo esos algodones de azucar, color rosado, los chicos tenían toda la cara sucia y pegoteada, típica imagen infantil... hasta que uno de ellos abrió la boca y me hizo distraer de mi lectura..
Papá - preguntó- ¿Por qué dicen que el amor es ciego?.
Andá a limpiarte la cara, fue la respuesta del padre...

martes, 24 de agosto de 2010

Sueño raro, me llamó la atención.


Salí solo un instante al patio, a ver algo que no se qué era, porque no llegue a verlo sino a escucharlo desde mi cuarto, por eso salí al patio, persiguiendo ese sonido.
Al encontrarme solo con tranquilidad (o eso supongo, porque no recuerdo como estaba el día, o si era de noche, solo supongo que al no recordar nada extraño de mi salida al patio debe ser porque no pasaría nada raro) decidí volver a mi cuarto.
Y aquí es donde vuelvo a recuperar la memoria.
Cruce la puerta corrediza de vidrio, y mientra entraba veía como la otra puerta (la que da al pasillo) se abría lentamente.
Eran dos personas, a una la conozco, de echo la veo casi todos los días (no voy a decir quién es, sólo voy a decir que no es ni una amiga, ni una enemiga, y que la conozco desde que tengo memoria), y la otra persona... ¿cómo decirlo?, no la conozco pero no sentía que sea un desconocido, ni me dió miedo que esté ahí, en mi cuarto.
Sólo me pregunte en mi interior, ¿qué hacen estas personas acá?, y sin decir ni una palabra, la mujer, se me acercó (quizás porque nos conocemos sin ser ni amigos ni enemigos) y simplemente apoyó sus manos sobre mis labios, y mi vista se nubló casi por completo. Logré alejarme.
Pero nuevamente se acercó y esta vez no pude, o algo no me dejo alejarme, y mi vista se nubló. Se puso todo blanco y me desperté.
¡Qué sueño raro!
Me dejo como inquieto.



Esto lo soñé hace un par noches, hacía un tiempo ya que no soñaba algo tan así.
Sin embargo, mi perra, que siempre esta en mi cuarto, a menudo me mira fijamente y sus ojos parecen decir algo en silencio, y desde hace un tiempo a esta parte se queja mientras duerme, bastante seguido, yo salto de la cama y la despierto, y le hago caricias para que se calme y vea que yo no voy a dejar que nadie la moleste.

lunes, 23 de agosto de 2010

El Desvelador


Esperá, que todo cambia demasiado,
esperá, que asi fue todo mal,
nos ataca una flecha del pasado
que parecía tan perdida, pero verás...

como viene volando de costado, y yo
sintiendome el blanco de su agredir,
¡ Tantas cosas nos atravesaron!
tantas veces ya, tuvimos que partir...

nuevos caminos transitados,
distintas personas por desmentir,
¡ cuántos años ya pasaron,
qué no me pierdo de su perseguir!

Castigo de los dioses o los vientos,
que siempre soplan a nuestro cruzar.
Nos buscan sin vergüenza y sin titubeos
y yo soy, el que te desvela, el que no podes atrapar.

miércoles, 18 de agosto de 2010

¿?

Cuarenta pesos.
Es la una menos cuatro de la madrugada, y yo en silencio, me paseo por mi cuarto boludeando con unos anteojos negros que me costaron cuarenta pesos, en Córdoba.
No los uso nunca, no sólo porque no me gustan, (aunque en verdad me pasa con todos los anteojos, es decir, me gustan los anteojos, quedan bien, y me harían falta porque al sol arrugo mucho la cara, me molesta mucho, pero me siento como inseguro, que piso a punto de caer en cualquier lugar, y si me caigo, creo que sería una re vergüenza), sino porque estos mas allá de su bajo costo son muy feos.
Me los pongo, me lo saco, me los pongo, se los pruebo a mi perra, me los pruebo yo, se los pruebo a mi perra, hasta que veo que me mira con cara de "es hora de dormir", y si, tiene razón, debería dormir para no llegar tarde al trabajo. Mmmm... prefiero quedarme un rato más, pensando en que hubiera sido mejor emplear esos cuarenta pesos en otra cosa, pero... ¿en qué?...
Si,mañana llego de nuevo tarde a trabajar.

lunes, 16 de agosto de 2010

La importancia de soñar.


Si no te dejan hablar, hay que escribir.
Si no te dejan escribir, tenés que imaginar.
Si no te dejan imaginar, tenés que soñar.
Si no sos capaz de soñar, ya no sos nada, realmente.

jueves, 12 de agosto de 2010

Pasaron

Pasaron los meses,
pasaron los días,
pasaron las horas
y muchas noches perdidas.

Pasaron tardes,
pasaron salidas,
pasaron minutos
y muchas despedidas.

A veces nada se encuentra,
a veces solo es espera,
a veces todo lleva tiempo,
a veces todo anda lento
y no sabe continuar..

No quiero que me suelten,
no quiero que me agarren,
dame solo voces,
para poder cantarte,

pero ya no mas preguntarte,
por miedo a que no respondas mas.