Encontré en un viejo cuaderno palabras tensas que hablaban
de amor. Situaciones para toda la vida, por todo el universo (real y ficticio),
en vida y en muerte.
Luego recordé que noches anteriores, en la soledad que da el
silencio y la oscuridad no estaba solo. Me abrazaba una atmósfera, una
sensación física a cuerpo de mujer que posaba sus labios en mi cuello.
Lo que era un beso tierno no tardó en convertirse en algo
amenazador, de lo que no podía liberarme. Me asusté, luché por mi libertad,
sentí una prisión inviolable hasta que mi alma retomó la valentía de batallas
anteriores y de un manotazo rompió la opresión.
Abrí los ojos y la oscuridad y el silencio eran mi única
compañía aunque en el aire se respiraba su presencia. Quizás fue la premonición
del cuaderno encontrado. Un viejo recuerdo que pasó a despedirse antes de
convertirse en olvido.