martes, 24 de julio de 2012

Transición

Espero el shock,
la bofetada, el despertar,
la calma hermosa que
da lo inmediato a
un ataque nervioso,

la tranquilidad absoluta
de vaciarse de esos venenos,
la risa de fuerte eco
por los nuevos espacios.

Mientras caía la lágrima,
el grito vomitivo del descargue
regulaba la máquina,
la sobrecarga, el corto,
las agujas de los medidores
dejan de bailar...
minutos después vuelvo a ganar.

1 comentario:

Maritza dijo...

Los desahogos del cuerpo y del alma son INDISPENSABLES para poder seguir...y ganar.
Maravilloso.

Abrazos, FacuZ!