domingo, 4 de septiembre de 2011

Protagonista


Se pasa el tiempo en estos meditabundos episodios. Sórdidos entre otras tantas cosas, cosas negativas, y poco diferentes a las alocadas inyecciones de una mentirosa amistad. Pero este protagonista, cansado de ser el hueco de la oscuridad misteriosa que acentúa estos episodios, sórdidos, entre otras cosas, como bien dije antes, se vistió de lujo barrial, es decir, nada elegante para salir a ese mundo que se le hacía esquivo, o al menos él creía de esa forma.
Las luces del sol, rayos se podría decir, que son como luces que llegan como flechas de algún ángel molesto y tormentoso, nada blanco de ropas, más bien demoníaco y cruel, hizo ver la diferencia entre la luz artificial y la luz convulsionada de la naturaleza que solo siente tanta energía en el exterior de su propio ser.
Leyendo el cuento eterno de su profunda mediocridad, él se desvirtúa en esos pequeños lapsos de personas que olvidan cientos de cosas o momentos triunfalistas, para sumergirse en los pocos conceptos de la desmaterialización de la alegría como único dominio del alma.
Más tarde hubo un encuentro.
¿Cómo te llamas?
- Me llamo Bárbara y no tengo nada de espectacular.
Yo me llamo “el protagonista” para estos lectores y no sé qué mierda hago acá.
- Estas acá para que yo me de cuenta que no estoy tan mal, porque no hay nada peor que no saber para que carajo estoy. Mi baja autoestima es otra cosa, es otra historia.
Wow! Hice algo bien, entonces, te mostré algo bueno en vos. Me tengo que ir Bárbara.
Luego del beso de despedida, el protagonista, caminó dos, tres pasos sin pensar en nada, al cuarto pensó: loca de mierda.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ey! distinta quizás...beso!

HUMO dijo...

Un placer leerte:)

Besos!

=) HUMO