lunes, 13 de septiembre de 2010

La bestia en la cama

Sentí una leve presión sobre el brazo derecho, entre sueños.
El día había sido tranquilo, entre solitario y tranquilo, con el bello saber que después de tantos meses tenía ganas de pintar nuevamente.
Pero no voy a hablar del día, es de la noche de lo que quiero hablar. Hace tiempo que vengo teniendo sueños tan bien recordados como extraños.
Muchas veces antes de dormir siento un extraño aire entre denso y revuelto, con un silencio tranquilizador, quizás el silencio juntaba fuerza para que el eco de algún sonido perturbador envuelva toda la habitación.
Siempre la hora se pasa rápido y cuando te querés dar cuenta son las dos de la mañana y entre apuro y apuro para acostarte y descansar esos pocos minutos que al otro día vas a lamentar se hacen las tres.
Pero me desvié, otra vez, volvamos a la habitación concretamente.
Ah! Que feo esos pasos desde el momento en que apago la luz hasta mi cama, con la sensación de que invisibles manos revolotean por el suelo, hasta por fin, poder envolverme en las sabanas y frazadas con la idea de despertar renovado.
Y es aquí donde siento la presión antes contada, con una suave presión que iba poniéndose cada vez mas pesada empece a sentirme incómodo y, mis ojos ya acostumbrados a la oscuridad de mi cuarto dividisaban un movimiento lento, como perezoso a mi lado.
Cansado de pensar en aquella extraña sensación de días anteriores donde al despertar tenia un brazo, el izquierdo totalmente dormido, dije que es hora de ver que sucede con mis manos y con un suave girar de cabeza lo tuve cara a cara.
Un cocodrilo de redondos ojos serios sobre mi cama, observándome, quizás creyéndome derrotado por tenerme inutilizado de mi mano hábil, pero se equivoca si lo piensa.
Sin hacer mucho movimiento decidi salvar mi brazo, y con la mano libre empecé a abrirle la mandiíbula queriendo encontrar la libertad. Lo estaba consiguiendo pero la bestia estaba dormida, y yo la habia despertado con ese intento tonto de librarme y se disponía a no soltarme, forcejeamos y con rápido giro de cabeza logro dejarme mas enroscado con el brazo torcido, como si sostuviera un escarbadientes con su feroz mandíbula.
Mi perra, mi vieja, fiel y querida perra, no podía brindarme ayuda, ni siquiera intenté despertarla con algun sonido, decidí que era momento que cada uno de los dos enfrentara sus temores y luchas internas de una buena vez para que lo denso del aire nocturno empiece a aclararse de ahora en adelante. Por su rostro tranquilo supe que ella resolvía los problemas y eso me hizo darme cuenta que esta bestia no era invencible y tomando toda la fuerza restante de mi cuerpo logre abrir esa boca y sacar la mano antes que el mordisco final de esos filosos dientes enganche mi brazo partiéndolo en mil pedazos y, tal fuerte fue el salto de la libertad que sin darme cuenta estaba parado en mi cuarto, mirando una cama desecha despues de la batalla, preguntándome que había pasado. ¿Dónde estaba la bestia?.
Con más ánimo levante las sabanas y me di cuenta que el despertar había sido la victoria.






El cocodrilo no volvio a aparecer, lo cierto es que, estoy teniendo algunos sueños que me llaman la atención. Como dije anteriormente, mi perra también sueña mucho de noche, quizás sea por algo. Por mi parte, si es que a ustedes les interesa, en cualquier otro momento en que tenga otro sueño que merezca ser relatado, se los contaré.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Por mi parte te digo (te imploro si es necesario...) que no dejes de relatar tus sueños: es algo maravilloso tenerlos, por más que a veces estemos asustados en ellos.
Por otro lado te digo que, en la actualidad estoy llevando a cabo una serie de ejercicios con los sueños, junto a un compañero (muy especial para mí) que, me devuelve cierta alegría y felicidad que no tengo por ahora (sólo por ahora) en el mundo real.
El fin justamente, no es sólo concretar los sueños propiamente dichos, sino vivir con esa alegría e ilusión que sentimos cuando soñamos.
Me enredé creo ... jejejej ;)
Un beso o 2 !

Lucina dijo...

Un placer leerte,
la libertad de-en la noche..

un beso

Dolores dijo...

Me encanta como lo describir, me ha pasado igual reaccionar de aquella forma.
Me encanto leerte.
Gracias por comentar!

TORO SALVAJE dijo...

Que sueño tan terrible.
Jo.

Saludos.

Espérame en Siberia dijo...

Aquí estaré esperando a leer tus sueños.

¡Muá!

silvia zappia dijo...

enfrentar a la bestia! y en sueños, como corresponde!
quedo esperando

besitos*

(muy buen relato!)

Carolina Villa dijo...

muy buenas imagenes, me gusta tu forma de narrar, la descripción de ese momento entre la vigilia y el sueño es muy vívida y se genera el clima adecuado.
saludos

Sin ton ni san dijo...

Hubo un tiempo en que soñaba que me asfixiaba sintiendo una fuerte opresión en el pecho y al despertarme sobresaltada esa sensación duraba por unos segundos (como si estando despierta me asfixiara igual). Por suerte no me pasó nunca más.