miércoles, 18 de agosto de 2010

¿?

Cuarenta pesos.
Es la una menos cuatro de la madrugada, y yo en silencio, me paseo por mi cuarto boludeando con unos anteojos negros que me costaron cuarenta pesos, en Córdoba.
No los uso nunca, no sólo porque no me gustan, (aunque en verdad me pasa con todos los anteojos, es decir, me gustan los anteojos, quedan bien, y me harían falta porque al sol arrugo mucho la cara, me molesta mucho, pero me siento como inseguro, que piso a punto de caer en cualquier lugar, y si me caigo, creo que sería una re vergüenza), sino porque estos mas allá de su bajo costo son muy feos.
Me los pongo, me lo saco, me los pongo, se los pruebo a mi perra, me los pruebo yo, se los pruebo a mi perra, hasta que veo que me mira con cara de "es hora de dormir", y si, tiene razón, debería dormir para no llegar tarde al trabajo. Mmmm... prefiero quedarme un rato más, pensando en que hubiera sido mejor emplear esos cuarenta pesos en otra cosa, pero... ¿en qué?...
Si,mañana llego de nuevo tarde a trabajar.

4 comentarios:

El Antifaz dijo...

Las gafas oscuras son para que no te moleste el sol, no para que no te molesten los sueños; aunque quien sabe...

Saludos.

TORO SALVAJE dijo...

Mejor gastarlos en cerveza.

Saludos.

silvia zappia dijo...

no le hagas caso al Toro,jaja!
en qué podrías gastar los 40 pesos...mmm...no sé.

me gusta tu estilo, tu escritura.volveré por acá.

besos*

FacuZ dijo...

ya le hice caso este sabado!

Muchas gracias por pasar, son bienvenidos :)